De la línea parental autofloreciente que dio lugar a White Dwarf, hibridada con una excepcional hembra de matices Skunk y retrocruzada para mantener el patrón autofloreciente nace Red Dwarf, una planta autofloreciente, enana, compacta, resinosa, de intenso olor y extremada potencia.
Su escasa ramificación y su cogollo compacto la hacen ideal para cultivos de interior y exterior en espacios reducidos.